Me desperté excitada. Habíamos estado lejos por más de 10 días y mi plan era torturarlo lo máximo posible.
Miré el teléfono y recibí un mensaje de él: «Soñé que te jodías de pie».
Un mensaje simple, porque las provocaciones en WhatsApp eran algo común para nosotros. A pesar de que no era tan picante como otras, esa frase sonaba como: ¡Ven caliente que estoy hirviendo!
Ninfómana que soy, no lo pensé dos veces, y le pregunté dónde estaba. Él respondió diciendo que todavía estaba en casa, e inmediatamente le hice una videollamada: «¡Prepárate que voy a masturbarme para ti!
La tiesura era tan intensa que no me tomé dos minutos, imaginando las cosas más deliciosas y peligrosas que jamás hayamos hecho, y me corrí con él asistiendo, loco por estar cerca.
Antes de desligar acordamos que nos encontraríamos en la semana, antes de mi cumpleaños.
Nuestro sexo era espectacular. Y aunque estaba saciada, pasé el día pensando en él.
A media tarde me dio otro mensaje: “Tengo que joderte hoy. Estoy desconcertado ¿Puedo?
¡Solo leer el mensaje detuvo mi respiración!
Le pregunté: «¿A qué hora?
Él respondió: “6:30 pm. ¿Te veo dónde?
«En la puerta del shopping» – respondí
Él sabía cómo joderme mejor que todos, ¡me estaba esperando con su enorme polla y lleno de tiesura! Se metió en mi auto.
Nos paramos en el primer motel, y solo teníamos una hora. Pero fue suficiente para tres orgasmos intensos.
Jodemos del perrito… 69 y un anal como a él le gusta.
¿Y yo? ¡Delirando!
Aquellas horas no se podían terminar…pero llegó a su fin, ambos exhaustos de placer.
En aquel fin de semana era mi cumpleaños, así que fui a un club con mis amigos para celebrar.
Después de bailar y divertirme mucho, él se acercó y, sin ser invitado, me tomó del brazo por sorpresa y dijo: Vamos, voy a joderte de pie, como mi sueño
Me congelé.
Me arrastró a una pared cerca del baño para discapacitados y me presionó con deseo, chupando mi cuello con fuerza.
Rodó conmigo al baño del club y todo lo que pensé fue: «¿Qué regalo de cumpleaños es este?»
Penetró con fuerza y antes de que yo gozase, se arrodilló y me chupó hasta que deliré y grité de placer. Sin fuerzas, me dio la vuelta, se apoyó en el fregadero y penetró aún con más fuerza, gozando y mordiéndome el cuello.
¡Qué noche! ¡Loca y deliciosa!
Me quedé desorientada de placer.
Era su sueño, pero gané el regalo.
Debes preguntarte: » ¿Y la gente del club?»
No lo sé … ¡No me acuerdo!
Por Juliana Mattos
Proprietaria de la marca @sexydeliciaoficial – La tienda que inspiró la película «De pernas pro ar».
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